Los problemas de conducta siempre están presentes en una familia. Los tuvieron tus padres, los tuviste tú, y por lo tanto, es de lo más normal que tus hijos tengan también esos problemas. Por ello lo primero que debes hacer, es tomar con calma el asunto.
Sin embargo, no es normal cuando la conducta de tu hijo le lleva a hacer daño a otros miembros de tu familia, como también a él mismo.
- La comunicación es la principal herramienta para solucionar no sólo problemas de conducta, sino también otro tipo de problemas que puedan aquejar a tu familia. Por ello, intenta siempre estar en contacto con tus hijos; soluciona sus dudas e inquietudes, antes de que estas crezcan y se conviertan en problemas.
- El ejemplo es un factor de gran importancia en el plano familiar. No puedes asumir un problema con violencia, si esperas que tu hijo no tenga ese comportamiento. Por ejemplo, cuando algunos padres sufren accidentes de transito en compañía de sus hijos, sacan a la luz a su verdadero yo, que grita y blasfema públicamente. Este tipo de conductas, muchas veces quedan impresas en los menores, y modifican para mal su conducta.
- Nunca desautorices a tu pareja, ni dispongas directivas que puedan hacer que tu hijo desobedezca a tu pareja. Si no estas de acuerdo con el/ella, díselo, pero en un ambiente y hora adecuados, y nunca ante la presencia de tu hijo/a.
- Dale espacio a tu hijo, que tenga actividades sanas que le hagan eliminar el estrés natural que le provocan los estudios. Recuerda que ellos están sometidos a mucha presión.
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